Friday, August 10, 2007

El poder sincrético del VERBO

“EL PODER SINCRÉTICO DEL VERBO”

Números 16:28.- y dijo Moisés: en esto conoceréis que el Señor Dios me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.-

Una parte de la humanidad cree tener la verdad en su poder y hasta trata de imponérselo a la otra parte, que también esgrime lo que, a su manera de ver las cosas, es “su verdad”.
NO cabe duda que el poder sincrético del VERBO, trasciende todos los niveles que se enfrentan a su acción, haciendo de dos cosas diferentes, una tercera totalmente distinta a las originales, abriendo caminos no estrenados hacia fines no concebidos por los iniciales.
De ello podemos entender que cualquier confrontación entre dos fuerzas, puede ocasionar una tercera que, en su momento, llega a crecer hasta eliminar, superar, o degradar las originales de donde se deriva.
No hay mejor solución para conciliar dos tendencias que la que se emplea, con una verdadera intención de alcanzar un tercer nivel que supere a los dos anteriores y no como un arma para combatir y demostrar la superioridad de la una sobre la otra.
Hay una frase que trasciende todas las fronteras y que debe utilizarse para conciliar las discrepancias entre la materia y el espíritu.

• “NO tenemos la certeza de aquello que no tenemos la capacidad de poder definir y demostrar como absoluto y perfecto”.

Nuestra imperfección y limitación no nos permite asegurar nada con la convicción de lo infinito.
Reconocer nuestras limitaciones e imperfecciones proporciona una llave maestra que puede abrir todos los candados emocionales que encierra nuestra autosuficiencia.
Estas manifestaciones del hombre, en su lucha por alcanzar el grado supremo, representan un esfuerzo que “no es producto de su voluntad”, ni obedece a una casualidad azarosa, sino que es el producto de las ordenanzas provenientes del SER inefable, señalando que no está en el hombre la causa de lo que ocurre.
Estas confrontaciones vienen a ser como una corroboración de la Sabiduría de Dios, pues todo cuanto ocurre procede de Él, por Él y paradójicamente para Él, señalando que la voluntad del hombre no es la causa de estos acontecimientos.
Siendo Dios la Causa y a la vez imagen del efecto de la misma, todo lo que proviene del SER PERFECTO, no puede dejar de ser perfecto para ser imperfecto y dejar de SER.
Cuando el hombre intenta concebir a Dios con sus limitados sentidos, tiene que partir de la base de su incapacidad para alcanzar a concebirlo plenamente, teniendo que conformarse con lo que la medida de su capacidad limitada le pueda proporcionar en cada instante, de acuerdo con las circunstancias presentes.
En esta confrontación de dos fuerzas, donde cada una esgrime una porción de la verdad, y como tal “ambas resultan ser verídicas”, deberá establecerse, por medio de este careo, dos formas de la verdad una, LA VERDAD DEL “SER”, la otra, la no verdad del “NO SER”, siendo ambas igualmente importantes y verdaderas, siempre y cuando se definan claramente cada una de acuerdo con su función con relación a la VERDAD ULTÉRRIMA.
Esto abre nuevas incógnitas con relación al proceso depuratorio del hombre, toda vez que señala “UNA VERDAD PARA CADA CIRCUNSTANCIA”. Mostrándose así, esto, como la VERDAD de hoy, que mañana será NO VERDAD, entendiéndose entonces que cada nivel tiene una VERDAD que obra de acuerdo con la VERDAD SUPREMA, siempre y cuando se defina su naturaleza con absoluta claridad, de manera que se pueda señalar la misma como “DE ACUERDO CON SU GRADO”.
Esta es la causa por la que en la ley de los mandamientos bíblicos, constantemente se insiste en la pureza de las acciones del pueblo de Israel, prohibiendo la unión con otros pueblos, así como la mezcla de dos clases de géneros, y la pureza con relación a los alimentos, siendo esto una alegoría; de manera que pueda identificarse lo que el hombre que busca a Dios deberá asimilar en su formación.
Al separar, por ejemplo, los animales “limpios” de los “inmundos” vemos que se elimina de los animales limpios todos los predadores, indicando con esto que toda forma de rapiña y ventaja personalista debe ser eliminada de la formación del hombre. Esto visto, por supuesto, en forma alegórica; señalando simbólicamente los animales inmundos, como formas de conducta que no deben ser copiadas o “ingeridas” espiritualmente.
Estas aclaraciones se hacen con relación al hombre y son, precisamente, la indicación al respecto, de que, todo obedece a un orden superior del cual parten todas las acciones que va mostrando la forma preconcebida por Dios antes de la fundación del mundo.
Una vez más se hace la aclaración de que todo cuanto ocurre procede del SER SUPREMO, que no tiene otra forma, más que la de “SER”, mostrando su permanencia eterna por medio del Universo infinito donde todo cambia, pero nada deja de SER, sólo que se muestra diferente en cada momento de acuerdo con la necesidad del SER SUPREMO.
La verdad de hoy, puede ser la falsedad de mañana cuando se alcance un nivel más elevado de capacidad y entendimiento de las formas del “SER”.
Sólo abriendo las fronteras de nuestro entendimiento y la capacidad de poder analizar para aceptar o rechazar lo que otros presentan como lo verdadero, es que podemos llegar a encontrar un tercer nivel más cercano al grado supremo establecido para “EL HOMBRE”, que está siendo motivado y depurado hacia su verdadera condición que dista en mucho de su condición salvaje que hoy sustenta.

• “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.’ (Ec 12:14)

De esta manera Dios hace notoria su presencia en todas las cosas, mostrando lo que ES como que NO ES, como confirmación del YO SOY, que todo lo resume en Sí mismo.

29.- Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, el Señor Dios no me envió.-

La muerte representa el cambio o alteración de una cosa que deja de ser lo que es para convertirse en otra.
La muerte es solo una condición de la forma, ya que el fondo es inalterable.
Todo proceso de la dimensión de las formas tiene su tiempo señalado donde pierde su forma original desintegrándose o solidificándose.
Al hablar de la “solidificación”, podemos entender el valor simbólico que tienen las piedras preciosas, pues estas representan el punto de consolidación suprema que alegóricamente representa la condición mesiánica.

• “Y los salvará en aquel día el Señor Dios, su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.” (Zac 9:16)

• “Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, según las doce tribus.” (Ex 28:21)

Así vemos la “solidificación” o consolidación, como el estado supremo señalado para “los hijos de Israel” que llegarán a ser piedras preciosas después de pasar por el proceso “cristalizador” que alegoriza la idea mesiánica.
Cada uno de los ejemplos positivos de los hijos de Israel, son como las piedras del Efod del sacerdocio mesiánico, que está presente en el templo en las celebraciones del espíritu.
Estas piedras son las ventanas de la ciudad celestial, por medio de las cuales se puede vislumbrar la gloria del Señor Dios.
Estos “MENSAJES ALEGÓRICOS” que la Biblia nos muestra en sus escritos, tienen un profundo valor espiritual, si se toman en su sentido simbólico más elevado, recibiendo el mensaje por medio de la certidumbre que señala todo concepto como proveniente de Dios, y como tal, señalado para perfección del espíritu del hombre y nunca para su perdición.
Por eso, esta conducta que la Biblia señala por medio de los hijos rebeldes, no puede terminar de la misma forma que las señaladas para “cristalización”, de “CONDICIÓN ETERNA” a través de aquello que sigue los caminos preparados por las “Piedras Preciosas” que conducen a la ciudad santa, la Jerusalén celestial, donde simbólicamente aguarda el reposo anunciado por el Señor Dios, como el “Shabat” eterno.
Si estos ejemplos de conductas negativas, tuvieran la capacidad de captar conciencias futuras, ganando seguidores, de la misma manera que lo hacen los “HIJOS DE ISRAEL” (Entiéndase todos los que luchan junto a Dios) entonces la idea de reforma para cambio de la conciencia humana que esto representa, no sería producto de la voluntad divina, sino una concepción humana más, no proveniente de la idea de Dios.
Durante todos los siglos transcurridos de lo que el hombre tiene conciencia de su existencia, hemos podido observar la relatividad de todas las cosas, que unas veces son de una forma, y otras veces se presentan de otra, totalmente diferente, siempre sirviendo al propósito de Dios que cada circunstancia reclama.
Por eso vemos que las cosas negativas, cuando pasan a formar parte de lo señalado como negativo, sin lugar a dudas, automáticamente pasan a mostrarse como positivas, ya que ayudan a la causa que lo positivo busca, mostrando la evidencia del obrar contrario a su propósito original, exponiéndose como incorporado a lo ya establecido definitivamente.
El fin de todo lo escrito es que no debe el hombre desechar nada de lo que otro hombre exprese, entendiendo que tanto el otro, como nosotros, estamos sujetos a un tránsito elemental que conduce hacia un nivel superior al que todos sustentamos al presente.
Mi “verdad” de hoy es sólo parte de la falsedad de mañana.

Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. (Sal 138:6)

La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.
(Pr 29:23)

Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová, pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. (Is 66:2)

Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. (Zac 9:9)