Sunday, October 14, 2007

LA PALABRA

Podemos decir que toda palabra es una representación de la SABIDURÍA UNIVERSAL que transmite acción en el Universo, insuflándole al hombre, como parte del mismo, la idea que dicha SABIDURÍA encierra.

Es tal vez una energía invisible que crea, administra, contiene y sostiene todo lo existente y es la misma que alimenta el proceso racional que obra en el hombre como especie evolucionante, diferenciándole del animal que permanece en su misma condición indefinidamente.

Traemos a colación algunos datos que están siendo tomados como base de una moderna concepción científica que ha sido reportada por Time, Newsweek, Scientific American, y por los periódicos más reputados del mundo entero. Una concepción que la ciencia considera como la más reciente idea de la Verdad.

La ciencia revela su última verdad:
La cara oculta de Dios “The hidden face of God” Gerald L. Schroeder.
Una cognición única, una “sabiduría” todo-acompasada imbuye al Universo.
Los descubrimientos de la ciencia, aquellos que inquieren la naturaleza quántica de la materia subatómica, aquellos que exploran las complejidades moleculares de la biología, y aquellos que investigan el intercambio entre el cerebro y la mente, nos han movido al borde de una alarmante y sorpresiva realización:
Toda existencia es la expresión de dicha sabiduría.
En los laboratorios experimentamos esto como información:
Primero, articulada físicamente como energía y después, condensada en la forma de materia.
Toda partícula, toda “existencia”, desde el átomo al humano aparece teniendo en sí un nivel de información de sabiduría consciente.


Esta sabiduría universal, energía (VERBO), es lo que obra dentro de la mente llevando al hombre a producir cambios, rectificaciones y adaptaciones en la conducta. Perfeccionándole de acuerdo con el propósito universal de su condición como especie.

Esto no ocurre en el animal como en el hombre. Éste, con unas simples palabras que le hagan meditar íntimamente, cambia su forma de proceder al instante.
Sólo unas cuantas ideas persuasivas, unas influencias nacidas del sentimiento de perfección que se encierra en la comprensión del propósito que impulsa la rueda de la creación, obra sobre los que buscan significado proveniente de esa SABIDURÍA UNIVERSAL o VERBO, (información de sabiduría consciente).

La manifestación de la potencia del VERBO se refleja en el hombre por medio de la palabra, que es la condensación del Poder de Dios convertido en esencia vivificante que obra sobre la materia, capacitándole para logros superiores.
Esto obra de una manera compleja en el hombre, donde:

 1º. Actúa como disciplina de forma intelectual por medio del conocimiento del círculo en que nace. Esto es, en la actitud externa del hombre para con sus semejantes.

 2º. Pasando del intelecto a la conciencia, de la mente al sentimiento, haciéndole obrar por naturaleza lo que antes hacía por obligación. Es la manifestación íntima de su espíritu o VERBO condensado.

Si no pasa del intelecto a la conciencia, o sea, de la mente al corazón, sustituyendo el deseo de obrar bien por el sentimiento de sentir la bondad, entonces siempre existirá una duda. Una vacilación que no dejará que se obre como disciplina para convertirse en conciencia o hábito natural, que es lo que viene a ser como la costumbre de las cosas, o rutinas del espíritu.

Esto es la acción del espíritu en busca de la depuración establecida por la “Sabiduría Universal” para alcanzar la perfección del alma humana.
Si este cambio sólo se manifiesta como una simple y conveniente actitud externa que se profesa ante el prójimo, el resultado será una gradual corrosión en el intercambio de las actitudes sociales, desembocando eventualmente en la discordia, el rencor y el odio. Trayendo como resultado final la guerra o destrucción de lo negativo a las leyes naturales.

Si se establece una comparación de la forma de proceder establecida por los que, “motivados” por esa SABIDURÍA UNIVERSAL, siguen el camino de la compensación de lo perfecto, en oposición a los que se guían por sus instintos y costumbres conducentes a degradación, veremos claramente una diferencia en la actitud del uno sobre el otro.

Si se nota que efectivamente la duda ha perdido su fuerza y su esplendor de antaño como fuerza ideal, y la confianza toma su lugar adecuado, entonces es que se manifestará la influencia de la información de sabiduría consciente, o “VERBO” con toda su sanidad.

Hay que borrar los dictados del ideal que se sigue y que ocasiona tropiezos o dudas que afectan con sus influencias degradantes la conducta propia del individuo. No se debe permitir que una duda de la perfección de Dios permanezca formando parte del modo de vida que se ha depurado ya.
Cuando se compruebe que un modo de buscar a Dios, no es el más eficaz y acertado en lo que respecta a la conciencia, y se producen dudas de su infalibilidad, dicha práctica debe ser eliminada de la conciencia y borrada de modo que pierda toda su influencia futura.

Esto está relacionado directamente con los pasajes que vimos en la Biblia en el libro del Génesis por la indicación que Dios hiciera a Caín con relación al pecado, que es la duda o temor que aquí estamos interpretando simbólicamente.

 Si bien hicieres, ¿No serás enaltecido? Y si no hicieres bien, “el pecado está a la puerta”. Con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él (Génesis 4:6)

Con este pasaje bíblico se quiere dar a entender que la recurrencia del error es parte de la condición humana, inclinada a la duda. Siempre existirá la inclinación a volver a la práctica del error que deberá ser “depurado”.
Todo aquello que pretenda pugnar contra el orden de la SABIDURÍA UNIVERSAL, sólo tendrá poder de obrar como “advertencia temporal” de lo negativo, que posteriormente terminará por ser eliminado ante el poder de las fuerzas que dirigen el perfecto concierto de la creación.

No es posible alcanzar un grado de conciencia elevado si se intenta compensar los errores, o racionalizarlos para darles condición de aceptables.
Es necesario cortar los temores y la duda sobre la promesa de vida que Dios ofrece al hombre. Esta es la plaga maldita que mantiene al hombre encerrado en su incapacidad de evolucionar hacia estados más avanzados de la conciencia.

La descomposición del afecto acaba por destruir, por medio de la degradación y perversión de la mente y del espíritu, el sentimiento de amor y la comprensión que conduce al hombre hacia la paz espiritual, y por ende al reposo de Dios.
El propósito de seguir “la palabra” o “agua espiritual” es establecer que las dudas son la mancha espiritual que corrompe la conciencia y que debe ser “lavada” con el poder de la esencia divina del VERBO. Y traemos a colación nuevamente a Gerald L. Schroeder:

Una cognición única, una “sabiduría” todo-acompasada imbuye al Universo. Toda existencia es la expresión de dicha sabiduría.“The hidden face of God” Gerald L. Schroeder.

El VERBO, es “sabiduría” todo-acompasada” en el espíritu que obra por medio de la palabra.

Esta palabra, al entrar en la mente del hombre, se convierte en energía purificante de todos los elementos negativos, motivados por “la duda de la existencia y el poder de Dios”. El VERBO efectúa una depuración de las corrientes espirituales que pueden conducir a la duda de lo ABSOLUTO de Dios como SABIDURÍA UNIVERSAL.
Esto es similar a verter agua pura en un recipiente conteniendo aguas turbias, que con la fluidez de la pureza de las nuevas aguas, terminan por limpiar y purificar el recipiente llenándolo de agua pura y limpia.

A todos los sedientos: Venid a las aguas; (Isaías 55:1)
16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia... 18 Venid luego, dice el Señor Dios, y estemos a cuenta: (Isaías 1:16-18)


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Friday, August 10, 2007

El poder sincrético del VERBO

“EL PODER SINCRÉTICO DEL VERBO”

Números 16:28.- y dijo Moisés: en esto conoceréis que el Señor Dios me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.-

Una parte de la humanidad cree tener la verdad en su poder y hasta trata de imponérselo a la otra parte, que también esgrime lo que, a su manera de ver las cosas, es “su verdad”.
NO cabe duda que el poder sincrético del VERBO, trasciende todos los niveles que se enfrentan a su acción, haciendo de dos cosas diferentes, una tercera totalmente distinta a las originales, abriendo caminos no estrenados hacia fines no concebidos por los iniciales.
De ello podemos entender que cualquier confrontación entre dos fuerzas, puede ocasionar una tercera que, en su momento, llega a crecer hasta eliminar, superar, o degradar las originales de donde se deriva.
No hay mejor solución para conciliar dos tendencias que la que se emplea, con una verdadera intención de alcanzar un tercer nivel que supere a los dos anteriores y no como un arma para combatir y demostrar la superioridad de la una sobre la otra.
Hay una frase que trasciende todas las fronteras y que debe utilizarse para conciliar las discrepancias entre la materia y el espíritu.

• “NO tenemos la certeza de aquello que no tenemos la capacidad de poder definir y demostrar como absoluto y perfecto”.

Nuestra imperfección y limitación no nos permite asegurar nada con la convicción de lo infinito.
Reconocer nuestras limitaciones e imperfecciones proporciona una llave maestra que puede abrir todos los candados emocionales que encierra nuestra autosuficiencia.
Estas manifestaciones del hombre, en su lucha por alcanzar el grado supremo, representan un esfuerzo que “no es producto de su voluntad”, ni obedece a una casualidad azarosa, sino que es el producto de las ordenanzas provenientes del SER inefable, señalando que no está en el hombre la causa de lo que ocurre.
Estas confrontaciones vienen a ser como una corroboración de la Sabiduría de Dios, pues todo cuanto ocurre procede de Él, por Él y paradójicamente para Él, señalando que la voluntad del hombre no es la causa de estos acontecimientos.
Siendo Dios la Causa y a la vez imagen del efecto de la misma, todo lo que proviene del SER PERFECTO, no puede dejar de ser perfecto para ser imperfecto y dejar de SER.
Cuando el hombre intenta concebir a Dios con sus limitados sentidos, tiene que partir de la base de su incapacidad para alcanzar a concebirlo plenamente, teniendo que conformarse con lo que la medida de su capacidad limitada le pueda proporcionar en cada instante, de acuerdo con las circunstancias presentes.
En esta confrontación de dos fuerzas, donde cada una esgrime una porción de la verdad, y como tal “ambas resultan ser verídicas”, deberá establecerse, por medio de este careo, dos formas de la verdad una, LA VERDAD DEL “SER”, la otra, la no verdad del “NO SER”, siendo ambas igualmente importantes y verdaderas, siempre y cuando se definan claramente cada una de acuerdo con su función con relación a la VERDAD ULTÉRRIMA.
Esto abre nuevas incógnitas con relación al proceso depuratorio del hombre, toda vez que señala “UNA VERDAD PARA CADA CIRCUNSTANCIA”. Mostrándose así, esto, como la VERDAD de hoy, que mañana será NO VERDAD, entendiéndose entonces que cada nivel tiene una VERDAD que obra de acuerdo con la VERDAD SUPREMA, siempre y cuando se defina su naturaleza con absoluta claridad, de manera que se pueda señalar la misma como “DE ACUERDO CON SU GRADO”.
Esta es la causa por la que en la ley de los mandamientos bíblicos, constantemente se insiste en la pureza de las acciones del pueblo de Israel, prohibiendo la unión con otros pueblos, así como la mezcla de dos clases de géneros, y la pureza con relación a los alimentos, siendo esto una alegoría; de manera que pueda identificarse lo que el hombre que busca a Dios deberá asimilar en su formación.
Al separar, por ejemplo, los animales “limpios” de los “inmundos” vemos que se elimina de los animales limpios todos los predadores, indicando con esto que toda forma de rapiña y ventaja personalista debe ser eliminada de la formación del hombre. Esto visto, por supuesto, en forma alegórica; señalando simbólicamente los animales inmundos, como formas de conducta que no deben ser copiadas o “ingeridas” espiritualmente.
Estas aclaraciones se hacen con relación al hombre y son, precisamente, la indicación al respecto, de que, todo obedece a un orden superior del cual parten todas las acciones que va mostrando la forma preconcebida por Dios antes de la fundación del mundo.
Una vez más se hace la aclaración de que todo cuanto ocurre procede del SER SUPREMO, que no tiene otra forma, más que la de “SER”, mostrando su permanencia eterna por medio del Universo infinito donde todo cambia, pero nada deja de SER, sólo que se muestra diferente en cada momento de acuerdo con la necesidad del SER SUPREMO.
La verdad de hoy, puede ser la falsedad de mañana cuando se alcance un nivel más elevado de capacidad y entendimiento de las formas del “SER”.
Sólo abriendo las fronteras de nuestro entendimiento y la capacidad de poder analizar para aceptar o rechazar lo que otros presentan como lo verdadero, es que podemos llegar a encontrar un tercer nivel más cercano al grado supremo establecido para “EL HOMBRE”, que está siendo motivado y depurado hacia su verdadera condición que dista en mucho de su condición salvaje que hoy sustenta.

• “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.’ (Ec 12:14)

De esta manera Dios hace notoria su presencia en todas las cosas, mostrando lo que ES como que NO ES, como confirmación del YO SOY, que todo lo resume en Sí mismo.

29.- Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, el Señor Dios no me envió.-

La muerte representa el cambio o alteración de una cosa que deja de ser lo que es para convertirse en otra.
La muerte es solo una condición de la forma, ya que el fondo es inalterable.
Todo proceso de la dimensión de las formas tiene su tiempo señalado donde pierde su forma original desintegrándose o solidificándose.
Al hablar de la “solidificación”, podemos entender el valor simbólico que tienen las piedras preciosas, pues estas representan el punto de consolidación suprema que alegóricamente representa la condición mesiánica.

• “Y los salvará en aquel día el Señor Dios, su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.” (Zac 9:16)

• “Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, según las doce tribus.” (Ex 28:21)

Así vemos la “solidificación” o consolidación, como el estado supremo señalado para “los hijos de Israel” que llegarán a ser piedras preciosas después de pasar por el proceso “cristalizador” que alegoriza la idea mesiánica.
Cada uno de los ejemplos positivos de los hijos de Israel, son como las piedras del Efod del sacerdocio mesiánico, que está presente en el templo en las celebraciones del espíritu.
Estas piedras son las ventanas de la ciudad celestial, por medio de las cuales se puede vislumbrar la gloria del Señor Dios.
Estos “MENSAJES ALEGÓRICOS” que la Biblia nos muestra en sus escritos, tienen un profundo valor espiritual, si se toman en su sentido simbólico más elevado, recibiendo el mensaje por medio de la certidumbre que señala todo concepto como proveniente de Dios, y como tal, señalado para perfección del espíritu del hombre y nunca para su perdición.
Por eso, esta conducta que la Biblia señala por medio de los hijos rebeldes, no puede terminar de la misma forma que las señaladas para “cristalización”, de “CONDICIÓN ETERNA” a través de aquello que sigue los caminos preparados por las “Piedras Preciosas” que conducen a la ciudad santa, la Jerusalén celestial, donde simbólicamente aguarda el reposo anunciado por el Señor Dios, como el “Shabat” eterno.
Si estos ejemplos de conductas negativas, tuvieran la capacidad de captar conciencias futuras, ganando seguidores, de la misma manera que lo hacen los “HIJOS DE ISRAEL” (Entiéndase todos los que luchan junto a Dios) entonces la idea de reforma para cambio de la conciencia humana que esto representa, no sería producto de la voluntad divina, sino una concepción humana más, no proveniente de la idea de Dios.
Durante todos los siglos transcurridos de lo que el hombre tiene conciencia de su existencia, hemos podido observar la relatividad de todas las cosas, que unas veces son de una forma, y otras veces se presentan de otra, totalmente diferente, siempre sirviendo al propósito de Dios que cada circunstancia reclama.
Por eso vemos que las cosas negativas, cuando pasan a formar parte de lo señalado como negativo, sin lugar a dudas, automáticamente pasan a mostrarse como positivas, ya que ayudan a la causa que lo positivo busca, mostrando la evidencia del obrar contrario a su propósito original, exponiéndose como incorporado a lo ya establecido definitivamente.
El fin de todo lo escrito es que no debe el hombre desechar nada de lo que otro hombre exprese, entendiendo que tanto el otro, como nosotros, estamos sujetos a un tránsito elemental que conduce hacia un nivel superior al que todos sustentamos al presente.
Mi “verdad” de hoy es sólo parte de la falsedad de mañana.

Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. (Sal 138:6)

La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.
(Pr 29:23)

Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová, pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. (Is 66:2)

Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. (Zac 9:9)


Saturday, July 28, 2007

Obstinación vs. Inspiración


43.- PORQUE EL AMALECITA Y EL CANANEO ESTÁN ALLÍ DELANTE DE VOSOTROS, Y CAERÉIS A ESPADA; PUES POR CUANTO OS HABÉIS NEGADO A SEGUIR AL SEÑOR DIOS, POR ESO NO ESTARÁ EL SEÑOR DIOS CON VOSOTROS.-
Estos dos enemigos que tendrá que enfrentar constantemente el que busca a Dios, durante todos los niveles de interpretación de la Biblia, representan las dos potestades espirituales que amenazan su existencia durante todo el proceso depuratorio al cual tiene que enfrentarse el hombre constantemente.
Ya hemos señalado a Amalec como las fuerzas irracionales que pugnan contra la existencia física del pueblo de Dios, atentando por medio de la violencia, todo lo que representa la idea de Dios con todas sus fuerzas de índole material.
Estos son los ataques físicos de todos los que ven en la idea de Dios un impedimento de crecimiento de sus planes.
Durante toda la historia hemos visto las guerras santas, así como los ataques feroces de los que combaten la idea de Dios, buscando destruir los templos y las propiedades de los que practican los predicados de la idea de Dios, siendo fuerzas dedicadas a la persecución de todo lo que signifique organización de la idea de Dios.
Esta fuerza la vimos en Amalec, dejando su huella a través del proceso evolutivo del pueblo judío siendo perseguido por todas las fuerzas físicas que pugnan por exterminarlos, guerra que posteriormente se extenderá a todos los que, siguiendo los predicados bíblicos establecen organizaciones predicantes de la idea de Dios a la manera que la Biblia señala, siendo combatidos, aun dentro de sus mismas organizaciones, por los que defienden “la salvación del cuerpo”, como meta de sus aspiraciones ideales.
Todo esto está destacado por medio de Amalec, que es una de las fuerzas que aquí vemos señalada por Moisés, que tendrán que ser enfrentadas durante este intento de conquista de “la tierra prometida”.
La otra fuerza, que es la que tiene un origen racional, es la más peligrosa de las dos, pues no combate físicamente intentando destruir los enemigos, sino que es una potestad espiritual que intenta conquistar esta idea para asimilarla y hacerla formar parte de su haber racional, declarando la idea de Dios, no como un don del Creador, sino como una concepción de la mente humana que debe ser utilizada como medio de control y poder de los que no tienen el uso de la razón establecido a plenitud.
Esta fuerza se manifiesta en los conceptos filosóficos de los llamados “sabios” y sofistas, cuyos conceptos logran captar la imaginación y el entendimiento del hombre, llevándolo a practicar esos principios con una convicción, casi semejante a la que la certidumbre reclama para los que siguen los caminos del Señor Dios en la Biblia.
En ello se manifiestan los supremos deleites del cuerpo, así como las convicciones más distorsionantes a que pueda llegar el hombre a través de su capacidad de imaginar y concebir las fantasías que surgen de la elaboración de imágenes, cuya base está sustentada sólo por las aspiraciones materiales del hombre.
De esta corriente espiritual tenemos todos los logros que los pensadores de antaño, desde Acadia, Sumeria, Babilonia, etc., hasta Grecia, Roma, la India, etc., y los nuevos contribuyentes de estos principios que, inspirados en aquellas bases de distorsión original, ha ido tomando formas novedosas y audaces que llegan hasta los límites supremos de la soberbia humana al intentar sustituir a Dios por medio del hombre, o lo que es peor, a concebir a Dios antropomorfitamente como similar a la naturaleza humana, atribuyéndole atributos humanos e imperfecciones tales como el permitir la destrucción de lo creado con indiferencia azarosa.
Para que esto se logre, es necesario que existan condiciones ideales favorables a esos principios negativos que Amalec y Canaán representan, por ello dice que caerán a espada, ya que la espada representa, simbólicamente, todo principio ideológico de naturaleza combativa y que tiene características de doble intención, o sea, “dos filos”.
Esto, por supuesto, ocasionado por la indiferencia con relación a los predicados de la idea de Dios, ya que la debilidad y posibilidad de sucumbir a estos ataques de las dos fuerzas que ya hemos señalado, Amalec y Canaán, está en no tener la protección ideológica que brinda la certidumbre en los predicados Bíblicos que señalan una conducta especifica, capaz de impedir ser vencido por estas dos fuerzas destructoras que pugnan contra la idea de Dios, la física agresiva, o la espiritual, seductora y posesiva.
La única posibilidad capaz de detener el ataque de estas fuerzas que se manifiestan constantemente en el hombre.
· Una como frustración de las cosas materiales, haciendo que éste sucumba a los reclamos del cuerpo y sus pasiones carnales,
· Otra como frustración de la condición espiritual, al no lograr obtener los logros ideales, cuyas múltiples formas, presentan reclamos que varían desde un ideal artístico, religioso, filosófico, etc., culminando en un delirio de poder y grandeza político.
Este es el altar donde el hombre está entregando la vida en aras de su ansiedad frustrante.
No comprende que el logro supremo se obtiene sólo por medio de la ofrenda del corazón y la mente, al altar ideal de perfección que señala el Señor Dios.
Pero esto requiere una gran confianza, que sólo puede obtenerse por el estudio profundo de las escrituras, que paso a paso, mostrará los tesoros escondidos en sus páginas, a través de los ejemplos de los vasos selectos que en ella han dejado sus huellas divinas.
44.- SIN EMBARGO, SE OBSTINARON EN SUBIR A LA CIMA DEL MONTE; PERO EL ARCA DEL PACTO DEL SEÑOR DIOS, Y MOISÉS, NO SE APARTARON DE EN MEDIO DEL CAMPAMENTO.-
La intención del hombre es escalar las alturas del conocimiento de los misterios profundos que encierra la vida, pero cuando éste intenta hacerlo sin contar con la escala que Jacob viera en sus visiones (Gen 28:10—22), se encuentra en presencia de sus angustiadores, que son:
1. Amalec, los reclamos de la carne
2. Canaán, la ausencia de principios ideales a los cuales entregar su existencia.
Esta fuerza espiritual de la sabiduría divina es la que se señala en estos pasajes como el arca del pacto del Señor Dios. Ella representa el camino ideal señalado para el hombre, teniendo implícitos los ángeles que suben y bajan de la tierra al cielo, como vimos en la visión de Jacob, que llamó aquel lugar Bet-El, casa de Dios, siendo primero ese nivel: “Luz”, que en hebreo significa “Almendro”, cuyo aceite representa las primeras luces.
La obstinación en subir a la cima del monte, la podemos interpretar como el deseo de superación humana, pero cuando vemos que el Arca del pacto del Señor Dios, así como los conceptos de reforma, que Moisés representa, se quedaron en el campamento, vemos que no había una intención ideal inspirada por la idea de perfección que Dios señala. Sino que era un deseo de alcanzar la gloria mundana, que no tiene el poder suficiente para librar al hombre de los embates del cuerpo que Amalec representa, ni tiene la fuerza ideológica suficiente para resistir las tentaciones que Canaán le ofrece, siendo, por tanto una obstinación, que no es la misma fuerza que la inspiración.
· La obstinación es una fuerza nacida de la pasión, que no tiene elementos de conciencia definidos y se manifiesta por medio de impulsos nacidos de la frustración.
· En cambio la inspiración es una fuerza nacida de un sentimiento ideal, que se manifiesta por medio de una aspiración perfeccionista.
En este caso, la búsqueda de las alturas nacía del sentimiento de frustración que produjo el conocimiento del error de los diez espías ajusticiados anteriormente por su falta de confianza en el poder de Dios.
Este ajusticiamiento, se interpreta como los resultados de una falta de convicción en los logros que se señala se obtiene por medio de los esfuerzos que se realizan al estar inspirados por una fuerza ideal positiva, como es la idea de Dios.
Aquí estamos en presencia del momento en que el hombre tiene que recapacitar y no intentar abrir los caminos sellados por las fuerzas negativas del pasado, cuyos resultados se señalan en la Biblia como la paga del pecado, que no es más que el resultado de la desconfianza en los predicados de perfección que la idea de Dios señala.
Todo impulso nacido de una frustración, o motivado por una aspiración de naturaleza puramente pasional, arroja resultados conducentes a la muerte espiritual, trayendo consigo la pérdida del impulso que estimula la certidumbre, que es la madre de las grandes y verdaderas empresas.

Thursday, July 19, 2007

Un hombre sin fe

UN HOMBRE SIN FE

Un hombre sin fe, es similar a un árbol sin agua. Éste se seca y pierde su condición de tal. Se marchita y se convierte en polvo inútil y desechable.
Es inservible para producir frutos benéficos en el propósito original que tuvo.
Debe entenderse que la fe no es un bastón en el cual apoyarse para liberarse de los malos pasos del camino. Sino que debe ser una vela que impulse al espíritu a encontrar nuevas alturas donde manifestarse a plenitud.
Tomando las palabras de las escrituras vemos que dice: La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de “lo que no se ve”.
Es necesario tener una certeza absoluta de, qué es tener fe en su verdadera expresión.
Si se piensa en la fe como un instrumento o medio para conseguir algo que se desea, lo que se experimenta es una creencia convencional.
Con esta manera de ver la fe, se puede caer en la tentación de escuchar los reclamos de las dudas que no tienen en cuenta las ansias del espíritu.
La duda intenta crear una “falsa forma de fe” basada en la razón, utilizando los elementos que son visibles a los ojos humanos.
Hay una gran diferencia entre la fe basada en los reclamos del cuerpo, que lejos de ser fe, es el resultado de un ansia que produce dudas, y la fe basada en los reclamos del espíritu, que es la visión de las aspiraciones más elevadas del hombre, siendo una fuente de amor fraternal.
La fe tiene como base fundamental la idea de Dios. Pero generalmente ha estado “velada” por la falta de elementos definitivos que muestren su “meta” con claridad.
Las religiones, han hecho interpretaciones que han estado influenciadas por las maneras de pensar el hombre de condición elemental, inconsciente, pujando por alcanzar niveles supremos del entendimiento de cosas que aún desconoce.
Con esos elementos primitivos, vemos que en unos casos se le ha dado a Dios características de hombre; viéndolo como si fuera un ente iracundo e indiferente, ajeno a los reclamos del hombre.
En la mayoría de los casos algunas interpretaciones lo señalan como un Ser que otorgó al hombre el uso del “libre albedrío”, siendo esto para perdición propia, enviando al “infierno” a los que no logran vencer sus reclamos corporales.
Otros le han otorgado al hombre condición de Dios. Considerando el Mesías como si fuera “Dios” en figura de hombre. Esto hace imposible que los hombres le imiten y puedan llegar a ser similares a él. Alegando que sólo Dios puede ser como Dios, perdiéndose así las huellas de sus pisadas.
Si analizamos la idea de Dios desde un punto de vista neutro, sin caer en interpretaciones religiosas definidas con anterioridad, vemos que Dios es un símbolo indefinible para la mente humana. Que es inconcebible para el hombre alcanzar a comprender, y ni siquiera imaginar de qué se trata, pero que definitivamente representa “el súmmum de la perfección”, que no vamos a detenernos ahora a analizar este término.
Esta idea de “lo Supremo”, debe ser considerada como una condición “esencial” para todo hombre. Esta intención es la que hará que el ideal que se sigue cumpla su cometido de mejoramiento de su nivel hacia otros de mayor altura.
Cuando el hombre pierde esa cualidad perfeccionista que brinda la fe en un ideal de “Armonía Universal”, se ve arrastrado por la incertidumbre y desconfía de lo que dicho proceso manifiesta.
Cuando la fe está basada en ideologías producto de las frustraciones y los reclamos de los que ven injusticias y desajustes materiales en el mundo que los rodea, pero no tienen soluciones basadas en el mejoramiento de la condición humana espiritualmente, hace que sus prédicas, “aunque a veces las crean sinceras”, lleven un germen de desafecto combativo. Sus reclamos conducen al hombre a la guerra y a la inhumanidad bestial del poder de los unos sobre los otros, utilizando la razón de la fuerza, y no la fuerza de lo razonable.
Sólo la fe en un Dios de Amor, Justicia y equidad, puede vencer ese sentimiento de incertidumbre que el hombre experimenta, cuando no puede vislumbrar el orden maravilloso que existe en el Universo que flota en medio de la nada.